Lunes, 14 de noviembre de 2022
La Asociación vasca, formada por 127 socios de toda la cadena de valor agroalimentaria, que supone el 10,7% del PIB, cerca del 13,58% del empleo y el 24% de los establecimientos de Euskadi, tiene el objetivo de mejorar la competitividad de sus empresas asociadas.

La Asociación vasca, formada por 127 socios de toda la cadena de valor agroalimentaria —que supone el 10,7% del PIB, cerca del 13,58% del empleo y el 24% de los establecimientos de Euskadi—, tiene el objetivo de mejorar la competitividad de sus empresas asociadas.
Mejorar la competitividad de sus empresas asociadas es el principal reto al que se enfrenta desde su nacimiento en 2009 el Basque Food Cluster, que en la actualidad reúne a 127 empresas de toda la cadena de valor agroalimentaria. “Lo que nos aporta diferenciación es la cercanía, la interacción y la escucha activa a la empresa para identificar cuáles son sus necesidades”, asegura a Navarra Directo Jon Ander Egaña, Director General de esta Asociación.
Salud y sostenibilidad son los dos pilares que desde Basque Food Cluster nos destacan como las tendencias que más avances están generando en el sector. En este sentido, Egaña indica que “es un mantra que tenemos que abordar desde las diferentes ópticas: sostenibilidad social, aspecto medioambiental y economía circular”.
Dentro de la salud, el Cluster alimentario ha detectado un segmento en el que poner el foco por las numerosas oportunidades que ofrece a las empresas del sector, el mundo senior. “El año pasado hicimos un estudio del comportamiento del consumidor senior —mayores de 55 años— y vimos que, sobre todo personas recién jubiladas, son activas, digitalizadas, normalmente con recursos y preocupadas por la salud”, indica el Director del Cluster. Esto está generando el desarrollo de nuevos productos y servicios orientados a esta franja de edad, cada vez más mayoritaria.
Entre otras tendencias detectadas desde la Organización se encuentran elementos como el ecodiseño o reducir el uso de material plásticos en el sector del embalaje, evitar el despilfarro alimentario con la revalorización de subproductos, la obtención de componentes bioactivos o nutricionalmente interesantes que puedan incorporarse a otros alimentos y el uso de fuentes alternativas de proteínas.
“Nuestro trabajo está motivado principalmente por dos motivos: dar respuesta a la demanda de un consumidor cada vez más comprometido con la salud y la sostenibilidad y cumplir con las nuevas normativas que aparecen, como la ley de envases y embalajes para la reducción del plástico”, asegura Egaña.
Características de la cadena de valor agroalimentaria de Euskadi (10,7% del PIB)
Una de las primeras acciones que realizaron desde el Basque Food Cluster fue configurar el mapa de la cadena de valor de la alimentación en Euskadi para posteriormente ir marcando los retos colectivos a los que enfrentarse. Según indica Jon Ander Egaña, “lo que nosotros entendemos por la cadena de valor de Euskadi difiere de otras comunidades”.
El primer eslabón es el sector productivo, que engloba la actividad agrícola, ganadera y pesquera. La principal característica es que en el País Vasco se tratan principalmente de explotaciones pequeñas, por lo que no existen grandes posibilidades de desarrollo.
El siguiente eslabón que hace referencia a la industria alimentaria (Transformación) es el mayoritario (ocupa en torno al 65% de los socios del Cluster), pero también se caracteriza por su pequeña dimensión. Más del 90% de las empresas no llegan a 10 trabajadores, lo que lo convierte en un sector muy diversificado en subsectores.
Por último se encuentra la distribución, con el canal Retail destacando a Eroski, Uvesco y Carrefour, que ocupan cerca del 65% de la superficie comercial de alimentos de Euskadi y canal HORECA que no está tan bien organizado pero es el que más pesa de la cadena.
Junto a ellos se encuentra otra capa formada por empresas que, si bien no producen alimentos, sí que sus productos y servicios están orientados a la cadena de valor de la alimentación; envase y embalaje, servicios de consultoría, laboratorios, maquinaria o ingredientes. Sin olvidar los agentes de conocimiento, como centros tecnológicos y universidades, entre otros.
“Este concepto de cadena de valor es lo que nos posiciona como un sector referencia y estratégico dentro de la economía de Euskadi porque supone el 10,7% del PIB, cerca del 13,58% del empleo y 24% de los establecimientos. Cada eslabón por su cuenta tiene su valor relativo pero en conjunto tiene un valor importante”, explica el Director del Cluster.
Funcionamiento del Basque Food Cluster
“Por cómo está estructurado el sector no podemos competir ni en precio ni en volumen con otras comunidades”, señalan desde la Asociación. Esta cuestión ha hecho que el valor añadido provenga, según añaden, “de la innovación, de la escucha del consumidor y de maximizar el lanzamiento de los productos”. A este respecto, Egaña comenta que “muchas veces esta innovación se hace en el entorno de los procesos y no dando una respuesta a las necesidades del mercado”.
Los objetivos del Basque Food Cluster, que les han permitido un gran crecimiento en cuanto a socios en los últimos años, son principalmente los de facilitar espacios de encuentro y cooperación entre los diferentes eslabones de la cadena, el intercambio de información de lo que ocurre en el sector (tendencias, normativa, calidad, etc…) y la resolución conjunta de las necesidades detectadas.
“Cuando una empresa propone una solución a una necesidad detectada en el mercado, normalmente ya hay alguna empresa del Cluster que ha iniciado ese camino y quiere compartir sus progresos”, sentencia Egaña.
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